En el paseo de El Arenal, clásica zona de ocio y esparcimiento de la ciudad, ofrece una interesante muestra de obras artísticas. Una de las más destacadas es el trabajo de Joaquín Lucarini (1905-1969) en el kiosko del Arenal. Lucarini, uno de los escultores que más muestras de su trabajo artístico ha dejado en los espacios públicos de Bilbao, fue el encargado de esculpir unas Alegorías de la música en el kiosko diseñado por el arquitecto bermeano Pedro Ispizua (1895-1976). Para decorar esta obra, en 1930 Joaquín Lucarini esculpió unos ángeles a ambos lados del voladizo del kiosko. Un trabajo en el que se puede apreciar la influencia de la tradición escultórica clásica y el buen hacer artesano del escultor.

Ana Prado