En la Plaza de Unamuno, en pleno Casco Viejo y próxima a su casa natal, se ubica una escultura de la cabeza de Miguel Unamuno (1864-1936), obra realizada por el escultor Victorio Macho (1887-1966), gran admirador de la generación del 98. La escultura se alza sobre una columna corintia diseñada por el arquitecto Ramón Lecea (1940-1986) en el año 1984.

Tras realizar las esculturas de otros grandes del 98 como Baroja, Cajal, Galdós y Valle –Inclán, Victorio Macho visitó a Miguel Unamuno en su destierro en Hendaya en noviembre de 1929 para hacerle una escultura. El escritor aceptó la petición y Macho realizó un busto que se ubicó en una hornacina en el Palacio de Anaya (Salamanca) en el año 1934 y como homenaje a Unamuno tras ser restituido en el cargo de Rector de la Universidad de Salamanca. El Ayuntamiento solicitó a Macho una cabeza de Unamuno, réplica de la de ese busto de Salamanca. La cabeza, modelada al estilo cubista, consigue reflejar tanto el físico como la peculiar personalidad del gran escritor y filósofo bilbaíno. La cabeza está realizada en bronce y tiene unas medidas de 48x31x35 centímetros.

No se conoce con certeza la fecha de su realización, pero sí son conocidas las vicisitudes por las que ha pasado esta escultura a lo largo de los años. En 1936, la escultura fue retirada del Salón de Plenos del Ayuntamiento de Bilbao al serle retirados los honores concedidos al escritor, siendo arrojada a la ría. Un tiempo más tarde fue recuperada de las aguas y, aunque en 1964 hubo un intento de colocarla en la antedicha plaza, la escultura terminó en el Museo de Bellas Artes.

En 1984, el 29 de setiembre, se llevó a cabo el proyecto de 1964 y se inauguró en la Plaza de Unamuno un monumento a Miguel de Unamuno con motivo del 120 aniversario de su nacimiento. En 1999 la cabeza de Unamuno fue robada de nuevo, solicitando entonces el Ayuntamiento dos réplicas, una para ser restituida a su lugar y otra para el Museo de Bellas Artes. El 19 de enero del 2000 se localizó la cabeza robada en la Ría y se trasladó al despacho del alcalde de Bilbao.

Ana Prado