Político republicano bilbaíno. Nacido el 27 de abril de 1844 en Bilbao y fallecido el 30 de abril de 1904 en Amorebieta.

Gaspar Leguina nació el 27 de abril de 1844 en Bilbao.

Comenzó su carrera profesional regentando una tienda en el mismo inmueble de Rivera 19 donde residía. Ya en la Restauración estuvo al frente de la firma constructora "Gaspar Leguina y Compañía", que ejecutó, entre otras obras, la construcción de una dársena y cargaderos en el río Galindo, concedida en abril de 1876.

El 1 de junio de 1881 fue nombrado corredor intérprete de naves del puerto de Bilbao por la Dirección General de Agricultura, Industria y Comercio, profesión que desempeñó hasta su muerte.

Sin embargo, la actividad por la que más fue conocido Gaspar Leguina fue por la de periodista. Fue director del diario Irurac-Bat desde noviembre de 1879 a diciembre de 1881, el cual adquirió junto a Cosme Echevarrieta, con la ayuda financiera de Federico Solaegui, para convertirlo en un diario democrático. El 10 de diciembre de 1881 fundó el diario El Norte, gracias al apoyo económico de Martínez de las Rivas y Aburto, del que fue también su director hasta la desaparición en periódico hacia 1890.

Fue Gaspar Leguina un hombre de hondas convicciones republicanas. A raíz de la revolución de septiembre de 1868 se declaró abiertamente republicano e ingresó en las filas del Partido Republicano Federal de Vizcaya, del cual formó parte de su comité como vocal entre 1869 y 1871. Militó en la 2ª Compañía del Batalló de Voluntarios de la Libertad entre 1869 y 1872, y al disolverse este pasó a formar parte del Batallón de Auxiliares.

Tras la caída de la I República sufrió persecuciones políticas, detenciones y exilios, hasta que en 1879 constituyó junto a Cosme Echevarrieta el primer comité de la Unión Democrática de Bilbao para concurrir a las elecciones municipales tras varios años de retraimiento, este partido constituía un intento de unir a todos los republicanos de la villa bajo una misma sigla. Desconocemos el puesto concreto que desempeñó en este primer comité democrático, sin embargo sabemos que sustituyó a Cosme Echevarrieta en la presidencia de la Unión Democrática en noviembre de 1881, cargo que mantuvo hasta que se separó del partido en 1891, ingresando posteriormente en el Partido Republicano Progresista de Vizcaya, presidido por Federico Solaegui. Leguina ocupó la presidencia de los progresistas de Bilbao desde diciembre de 1894.

Fue un decidido partidario de Ruiz Zorrilla, quien parece que le encomendó importantes comisiones en la provincia debido a su carácter y valía, y como tal fue uno de los firmantes en Vizcaya en el ano 1880 del Manifiesto del partido demócrata progresista, lo que le granjeó duras críticas de los fueristas de la provincia que entendían que dicho manifiesto era centralista y, por tanto, atacaba los fueros.

Gaspar Leguina falleció en Amorebieta el 30 de abril de 1904. A su muerte, ocupaba los cargos de presidente de la Unión Republicana a nivel provincial y del Casino Republicano de Bilbao.

Gaspar Leguina fue elegido concejal del Ayuntamiento de Bilbao en las elecciones municipales de 1879 y 1893. De la misma forma, fue elegido diputado provincial en las elecciones de 1880. En sus intervenciones en las sesiones municipales y provinciales se advierten claramente 4 líneas de actuación: anticlericalismo, defensa de la clase operaria, libertad económica, y fuerismo progresivo.

Sus ataques al clero fueron constantes, puesto que Leguina relacionaba inmediatamente religión con carlismo; en este sentido se negó siempre a conceder cualquier tipo de exención o subvención a las parroquias y órdenes regulares, fundándose tanto en su relación con el elemento carlista como en conceder privilegios a una clase que se puede mantener por sí misma gracias a las limosnas de sus fieles.

Defendió también de forma ardorosa a la clase trabajadora, para la cual solicitó siempre la igualdad de condiciones con el resto de las clases sociales, y formuló mociones tendentes a la mejora de las condiciones de los barrios obreros de la Villa.

Como republicano comprometido, hizo del librecambismo su bandera en el aspecto económico, puesto que creía que la libre competencia haría reducir los precios en beneficio de los menos pudientes; por ello solicitó la supresión de la tasa impuesta a la venta de la carne por el establecimiento de la tabla reguladora municipal.

Por último, en cuanto al tema de la supresión foral, Leguina opinaba que la pérdida de los fueros había sido provocada por el elemento ultramontano.

Jon Penche González