Históricamente, la gran festividad bilbaína había sido el Corpus Christi, pero en el siglo XIX se decidió trasladar las grandes fiestas al mes de agosto por considerarse una época más propicia para los aldeanos.

Las primeras grandes fiestas de las que hablan las fuentes son las de 1854. En aquel año se presentó el primer Gargantúa. Un sinfín de tamborileros, dulzaineros, gigantes y enanos formaron parte de aquella comitiva que se dirigió al Hospital de Bilbao para que los enfermos, sobre todo los niños, disfrutasen también de aquel ambiente festivo. En estos primeros festejos hubo incluso chupinazo, cohetes, gigantes por la ría y concurso de pesca flotante.

Por su parte, las de 1878, contaron con programa de fiestas. Del 18 al 21 de agosto las calles de Bilbao se llenaron de gigantes y cabezudos, tamborileros, conciertos y romerías, regateo de chanelas y botes, cucañas, fuegos artificiales y hasta luz eléctrica. También se recuperaron las corridas de toros después de años de ausencia.

En 1880 la feria se incorporó a la escena festiva. Figuras de cera, teatro de guiñoles, espectáculos de enanos, gigantes, payasos y mujeres hercúleas, tiro al blanco, instalaciones de fieras, tenderetes y algún tiovivo componían estas primeras barracas ubicadas, primero en el Campo Volantín y después en la Gran Vía.

1896 es considerado el año de la modernización de las grandes fiestas de agosto. Don Terencio encabezó una nueva cuadrilla de gigantes, las barracas, los toros y las verbenas se mantuvieron, y se incorporaron los espectáculos deportivos y culturales. Entre ellos destacan los partidos de pelota en el frontón Euskalduna, las carreras de velocípedos, las regatas de traineras y botes, concursos de bertsolaris, dulzaineros, tamborileros, espatadantzaris y orfeones, espectáculos de bandas y charangas, conciertos, etc.

El siglo XX trajo elegancia a unas fiestas a las que se sumaron representaciones de teatro, exposiciones de arte modernista o batallas de flores en la Gran Vía. Después, tras la austeridad festiva de la dictadura, surgió en Bilbao un nuevo modelo de fiesta que tuvo su primera representación con la Semana Grande-Aste Nagusia de 1978.


Ale Ibarra Aguirregabiria