La noche del 23 al 24 de junio se celebra San Juan. A pesar de su alusión al precursor del cristianismo se trata de una fiesta de origen pagano vinculada al solsticio de verano. Se documentan rituales relacionados con la fertilidad desde épocas prehistóricas, aunque la tradición de las hogueras proviene de las tribus eslavas y celtas del norte de Europa. Después, el cristianismo adoptó la fiesta y heredó sus prácticas.

Se conoce como una de las noches más cortas del año en el hemisferio norte, y el triunfo así de la luz sobre la oscuridad simbolizado a través del fuego. La tradición dice que las hogueras encendidas durante la noche de San Juan preservan de todo mal durante el año.

Durante generaciones se ha seguido esta tradición en los caseríos vascos, que a la caída de la tarde encendían el fuego que después saltarían tres veces para proveerse un buen año. Una superstición que al día siguiente se sacralizaba con la misa patronal en honor al santo.

Hoy en día los pueblos y barrios vascos bullen con esta festividad que da inicio a las fiestas de verano. En Bilbao, diferentes barrios como Deusto, Rekalde, Abusu, Irala, Zorroza o Altamira celebran sus sanjuanadas, aunque la hoguera de Artxanda ha sido una de las más famosa. Durante unos años, la Fundación Bilbao 700-III Millenium Fundazioa organizaba allí el Círculo de Morgana, una especie de akelarre con tarotistas, echadores de cartas y runas, astrólogos y quirománticos. La fiesta contaba también con mercado esotérico, quema y reparto de txahala y músicas del mundo. No obstante, desde 2010 las Comparsas de Bilbao han tomado el relevo. El parque de Etxebarria es ahora el centro de la fiesta que cuenta con queimada y la popular chocolatada.


Ale Ibarra Aguirregabiria