Partido político creado en 1880 alrededor de Manuel Ruiz Zorrilla, antiguo jefe del Partido Radical durante el Sexenio Democrático.

Tras la caída de la República, Manuel Ruiz Zorrilla y Nicolás Salmerón se encontraron en el exilio parisiense. En 1880 se unieron para crear el Partido Democrático Progresista, que tenía como referencia política la constitución de 1869, defendía la unidad del Estado sin excluir un amplio espíritu descentralizador y proponía un programa de reformas sociales.

Las diferencias entre ambos líderes radicaron en la forma de acceder al poder, pues mientras Salmerón defendía la vía legal, Ruiz Zorrilla apoyó y fomentó varios intentos de pronunciamiento militar, como los de 1883 y 1886.

En Bilbao, los progresistas estuvieron integrados en la Unión Democrática, formación creada por Cosme Echevarrieta y Gaspar Leguina para acoger a todos los elementos republicanos de la Villa. Así se mantuvieron hasta 1890, cuando se produjo la ruptura de la Unión Democrática y el nacimiento del Partido Centralista, a pesar de que en 1880 se había formado un pequeño grupo de elementos zorrillistas alrededor de la figura de Federico Solaegui, debido a diferencias personales entre este y otros miembros de la Unión Democrática.

Así pues, hay que esperar hasta septiembre de 1891 para ver el primer comité republicano progresista propiamente dicho en Bilbao, presidido por Federico Solaegui, al que le sucedió dos años después Fernando Galina Orueta y en 1895 Gaspar Leguina, que se había incorporado al partido algunos años antes.

Los progresistas bilbaínos participaron en todas las coaliciones electorales republicanas entre 1891 y 1895. El propio Federico Solaegui fue candidato de la coalición Unión Republicana por el distrito de Bilbao a Cortes en 1891 y 1893, quedándose a escasos votos de la victoria en ambas ocasiones. Gaspar Leguina, asimismo, fue elegido concejal en el Ayuntamiento, donde ejerció la portavocía de los republicanos y tuvo un papel muy activo en las sesiones plenarias.

A la muerte de Ruiz Zorrilla, acaecida en 1895, el grueso del progresismo bilbaíno siguió la tendencia legalista, integrándose en el Partido Republicano Nacional y en 1897 en el Partido de Fusión Republicana. A partir de 1897 entraron en coalición electoral con los liberales. A pesar de que la mayoría se decantó por la vía legal, un pequeño grupo progresista se mostró favorable a la tendencia revolucionaria, formando el Partido Republicano Progresista Revolucionario en la Villa, comandado por Francisco Vega de la Iglesia pero de escaso eco.

Jon Penche González