Tomás de Zubiría fue el sexto de los siete hijos tenidos por el matrimonio formado por Cosme de Zubiría Echeandía (Barakaldo, 1808- 1884) y Prudencia Ybarra Gutiérrez de Cabiedes (Bilbao, 1819- ). Sus abuelos paternos fueron Tomás Zubiría Uriarte y María Manuela Echeandía Abona. Sus abuelos maternos fueron José Antonio de Ybarra y de los Santos y de Jerónima Genoveva Gutiérrez de Cabiedes y de la Losa.

Tomás Zubiría casó en Bilbao, en 1888, con María Somonte Basabe, nacida en Bilbao. El matrimonio tuvo once hijos, siete de ellos sobrevivieron a su padre, pero sólo quedaron tres tras la Guerra Civil porque cuatro fueron asesinados.

Tras estudiar el bachillerato en Bilbao el joven Tomás marchó a estudiar ingeniería a Lieja (Bélgica). A la muerte de su abuelo, su padre Cosme y sus tíos Juan María y Gabriel María constituyeron en 1854 Ybarra Hermanos, a la que luego se sumaría José Vilallonga. Esta sociedad comanditaria recibió los derechos mineros de los Ybarra y también la fábrica de Guriezo, a la que se añadió en 1857 la fábrica de Nuestra Señora del Carmen de Barakaldo.

Al margen de momento de la cúpula de los negocios familiares se empleó en la articulación de diversas sociedades transformadoras que hicieran el doble papel de demandadoras de hierros y fabricantes de productos elaborados a emplear en Altos Hornos de Bilbao y en cuyos Consejos de Administración estuvo presente: en 1891 Talleres de Deusto, en 1892 la Basconia y Tubos Forjados, en 1893 Alambres del Cadagua, de la que sería presidente de su Consejo.

Además de en esta sociedades le encontramos en otras propiamente vinculadas al grupo Ybarra, como fue la Orconera, pero Zubiría mantuvo su propia línea de actuación al margen. Así le encontramos como consejero de La Papelera Española, fundada en 1901. También participó con cierto capital en algunos de los primeros buques adquiridos por Sota y Aznar. Fuera de Bizkaia: Hulleras del Turón o en Ferrocarril Vasco-Asturiano, o la incursión en la minería andaluza en la Argentífera de Córdoba. Además de su actividad en el sector siderometalúrgico también actuó en otros como en financiero, siendo uno de los fundadores del Banco de Vizcaya, en 1901, en la Compañía Marítima del Nervión o en la comercializadora de productos químicos Arriola, Arisqueta y cía. en 1920.

En 1894 llegó al consejo de Altos Hornos de Bilbao y para 1898 ya era uno de los máximos accionistas, el quinto, y al año siguiente sólo superaba su representación la de Joaquín Angoloti. En 1899 fue nombrado presidente de la Sociedad. Desde aquí se comenzó a llevar seriamente adelante los contactos previos en relación con la fusión con La Vizcaya y con La Iberia, que en 1902 fructificaron en la formación de Altos Hornos de Vizcaya, con un capital de 32 millones de pesetas y más de 5.000 empleados. Tomás Zubiría fue elegido presidente de la nueva sociedad, cargo que no abandonaría hasta su muerte en 1932.

En agosto de 1908 se constituyó en Madrid la Sociedad Española de Construcción Naval, que levantó en 1916 los astilleros de Sestao. En esta sociedad también ocupó la presidencia.  En 1909 entró a formar parte del consejo de la Compañía Española de Minas del Rif. En 1918 fue uno de los fundadores de la Babcock & Wilcox, en cuyo consejo entró como vocal.

Su afición a la música se mostró en su papel como fundador de la Sociedad Filarmónica de Bilbao en 1896, su presidencia de honor de la Sociedad de Conciertos de Bilbao de 1911 o el mecenazgo facilitado a Jesús Guridi, músico vitoriano pero de familia materna bilbaína y descendiente del aragonés Nicolás Ledesma, en su viaje de estudios por Europa en 1904.

Su afición al mar y a la náutica se aprecia en su papel de socio y promotor de entidades como el Real Sporting Club de Bilbao en 1898 (presidido por él entre 1906 y 1907) y el Club Marítimo del Abra en 1901 (que presidió entre 1904 y 1906). Zubiría con su Sogalinda era un fijo en las regatas del Abra en verano.

Fue nombrado Conde de Zubiría en 1907 por Alfonso XIII, convirtiéndose literalmente en un conde siderúrgico.

Además de su actividad empresarial tuvo una dilatada carrera política; fue elegido Diputado por Bilbao (Bizkaia) en 1901; por Barakaldo (Bizkaia) en 1903, 1905 y 1907; y Senador por Bizkaia en 1910, 1914 y 1916.

Con el fin de la Restauración Zubiría se distanció de la política y continuó con sus negocios. Tras casi un año de enfermedad falleció en su casa de Ibarrekolanda, Goi eder, el 21 de septiembre de 1932. 

Eduardo J. Alonso Olea