Los inicios de la industria cervecera como tal en Bilbao se remontan a fines del Siglo XIX. Sin embargo, desde el siglo XVI y pese a que no se producía, se constata en Bilbao un comercio y consumo de cerveza. El consumo local en aquellos años era prácticamente inexistente, siendo los extranjeros que llegaban a la villa, fundamentalmente marineros y comerciantes, los únicos consumidores de cerveza, elaborada además en sus países de origen y no en Bilbao.

A partir de 1701 y hasta 1813 la producción de cerveza en España fue declarada monopolio estatal, por lo que era necesario contar con un permiso o dispensa del propio monarca para poder producirla. El primer privilegio dado por el Estado a particulares para la elaboración y venta de cerveza en  Bilbao se concedió a Pedro Beekvelt, comerciante holandés afincado en Bilbao desde principios de ese siglo XVIII ; casado con María Joaquina de Croze y Tourlon, instalaron en su casa, situada en la Ribera de Deusto una cervecería, la primera que operó no sólo en nuestra villa, sino en todo el País Vasco. En 1722 arrendaron dicha casa y su cervecería a Pedro de Bengoechea, vecino de la anteiglesia de Deusto, dándole los instrumentos e ingredientes necesarios para la fabricación de cerveza, durando dicho arriendo hasta 1752. A partir de entonces dicha casa y esa zona de Deusto fue conocida como “La Cervecería”,  solar en el que años después la familia Goossens, también de origen holandés, edificó su casa-palacio, la cual aun hoy día se conserva al lado del puente de Deusto.  Guillermo Bolt, originario también de los Países Bajos, en 1725 tenía una fábrica de cerveza, aguardientes y mistelas en el barrio de Atxuri, frente a la carnicería, por lo que las fábricas de cerveza en Bilbao en esas fechas del s. XVIII fueron dos, ambas regentadas por holandeses.

El siglo XIX trajo cambios significativos en la producción y consumo de la cerveza nacional. En 1833 se liberalizó su comercio en España, dejando de ser un monopolio del Estado ; a partir de dicha liberalización fue cuando se fundamentaron las bases de las modernas cervecerías y de su posterior poderosa industria. La industrialización del proceso cervecero a finales del siglo XIX estaba ya consolidada de manera definitiva y su consumo comenzó a popularizarse entre la población de la villa. En esos años y posteriores la  producción y venta de cerveza se extendió y Bilbao aglutinó gran número de pequeñas fábricas y establecimientos cerveceros. Entre las fábricas de cerveza de la villa en el siglo XIX destacan en 1853 la “Fábrica de Cerveza Santa María Egipciaca”, establecida en la anteiglesia de Deusto hasta 1878 en que se disuelve ; la “Fábrica de cervezas Vista Alegre”, ubicada en la anteiglesia de Abando, documentada al menos desde 1861 ; la sociedad “Borga, Grosso y Compañía” posee una fábrica de cerveza  en 1881 en Abando ;  la “Sociedad Galarza Hijo” en 1881 instala una fábrica en Tívoli, cerrándola en 1887 ; y la empresa “Lizarraga y Compañía”, ubicada desde 1881 y hasta 1883 en la Campa de la Cervecería en Deusto, que fue galardonada por sus cervezas con la medalla de bronce en el apartado de productos alimenticios en la Exposición Provincial de Vizcaya, celebrada en Bilbao en 1882.

En cuanto a los maestros cerveceros más destacados que tuvo Bilbao hay que citar a los alemanes Carlos y José Schumann, Jacobo Geiler y Carlos Meins, que regentaron pequeñas fábricas instaladas en las plantas bajas de edificios y de efímera e itinerante existencia, pero sentaron las bases de la moderna industria cervecera bilbaína del siglo XX.

Las empresas cerveceras bilbaínas que industrializaron su producción iniciaron su actividad a principios del siglo XX y perduraron durante casi todo el mismo. Todas ellas contaron con edificios construidos ex profeso y diseñadas además por arquitectos de prestigio. La moderna industria cervecera bilbaína del siglo XX, asociada también a la producción y venta de hielo, gaseosas y bebidas refrescantes la constituyeron tres empresas : La Cervecera del Norte, que apareció el año 1912 y que operó hasta 1978, siendo a partir de entonces parte integrante del grupo “Unión Cervecera” ;  “La Vizcaína” fundada también en 1912, que era continuadora de la Sociedad Cerveza y Gaseosa Bilbaína, creada en 1907 y asentada en Iturrigorri, disuelta en 1969 ; y “La Salve”, fundada en 1886 y cerrada en 1978. 

En 1917 los datos de producción de cerveza en Bilbao eran los siguientes: La Cervecera del Norte 1.057.977 de litros, con una cuota de producción del 3,79 % ; La Salve  517.422 litros y una cuota de producción del 1,86 % ; y La Vizcaína 424.029 litros, con una cuota del 1,52 %. La producción de las fábricas de cerveza de Bilbao en 1934 era de 10.200.000 litros, cantidad ligeramente inferior a su capacidad real, distribuidos de la siguiente forma: “La Salve” 3.000.000 y La Cervecera del Norte con “La Vizcaína”(fusionadas ese mismo año) 7.200.000. Las cervezas bilbaínas se exportaban en una cantidad estimada total de 800.000 litros a las zonas limítrofes de Santander, Logroño, Navarra, y principalmente Guipúzcoa, Burgos y Álava. 

A estas tres empresas se debe el éxito del consumo de cerveza no sólo en Bilbao, sino en su entorno más próximo. La creación de lo que sería un nuevo mercado  y el incremento de su demanda sería una tarea larga y difícil. En los años 80 la industria cervecera española sufrió una serie de cambios que condicionaron la pervivencia de las cerveceras locales. La concentración de las empresas cerveceras en grandes grupos hizo que en 1991 “Unión Cervecera” pasara a formar parte de Cruzcampo,  que cerró la fábrica de Bilbao dos años después. Con el cierre de “La Cervecera del Norte” y su posterior demolición en 2003 para construir viviendas, desaparecía no sólo la última fábrica de cerveza del Botxo, sino también el último testimonio de arquitectura industrial cervecera de la villa.

 


Miguel Ángel Santos Crespo