Artekale. Calle

Artekale

Artekale. Street

[ 21.04.1997 ]

Situación.- G5. Empieza.- La Ribera. Termina.- Somera.

En los principios de la Villa, de donde viene su nombre, era "calle de en medio”, según traducción al castellano de "Artekale", ya que solo tenía tres, de acuerdo con la costumbre de la zona de habla vizcaína del País que utiliza las denominaciones de Goienkale, Arte­kale y Barrenkale desde Bilbao hasta Arrasate. En la documentación aparece también como calle de Fran­cos y Tendería, por clara connotación gremial a las actividades allí desarrolladas. En su entrada por la Ribera estaba la casa-torre de Martín Sáez de Güe­mes, Bilbao la Vieja, Etxebarria o Zubialdea, propiedad de Martín Sáez de Güeñes. Se conservó hasta el 10 de junio de 1866 que fue demolida. Fue uno de los monumentos históricos de mayor importancia de Bilbao, ya que se utilizó como residencia de Reyes y Señores, y en ella se desarrollaron hechos de relieve como la muerte de Juan de Abendaño a manos de don Tello, Señor de Vizcaya, gran aficionado a la caza de montería. Con motivo del fracaso que tuvo en el alanceamiento de unos jabalíes de su propiedad que tenía en Albia, los trajo a un cercado hecho en la plaza de Bilbao, al no conseguir meterse entre ellos porque se espantaba sobremanera el caballo que montaba. Abendaño, que con los caballeros principales presenciaba la corrida, encarándose con don Tello, le pidió el caballo y calzándose las espuelas se colocó sobre él gallardamente y le obligó a dar un brinco descomunal sobre los jabalíes. Comentado más tarde el desacato y la burla de Abendaño, considerose ofendido don Tello, y ordenó a sus criados que le dieran muerte a porradas, lo que llevaron a efecto cuando aquel llegó al poco a la casa, siendo arrojado por la ventana. El rey Pedro de Castilla, el Cruel, dio muerte, de manos de sus ballesteros a golpes de maza, al infante don Juan de Aragón, arrojándolo después por una de las ventanas a la plaza. En esta casa-torre se alojaron y juraron los Fueros; en 1457 Enrique IV de Castilla, el 30 de julio de 1476, Fernando El Católico, y el 5 de septiembre de 1483 la reina Isabel la Católica, cuyo juramento lo realizó vestida a la usanza vizcaina. El historiador Delmás nos describe como era esta casa-torre:

«Su fachada estaba fabricada con anchos y toscos sillares de piedra arenisca. Tenía dos puertas ojivales coronadas por grandes dovelas y subían hasta las mismas dos pilares o zócalos en los cuales se sujetaba una larga cadena con argollas. Sobre la puerta campeaba un escudo cuartelado de leones y árboles, y sobre el escudo se divisaban dos saeteras en lo alto del edificio. Entre estas se abría una ventana o arco de solana que daba luz a un aposento, el mejor de la casa, triclinio de los reyes y antesala de sus audiencias. Estaba decorado con molduras renacimiento, el techo de bovedilla, recortado por medias cañas, dejando libres las solivas ornamentadas con cabezas de ángeles, de guerreros, de rosetones con flores y otros adornos; tenía el salón 46 pies de largo. Las paredes del cuerpo bajo medían siete pies de grueso, cinco las de los pisos primeros y tres las de los últimos. La fachada que daba a la plaza vieja, era más suntuosa, porque ostentaba en el centro y frontis un gran escudo con las armas de España y dos más pequeños a sus flancos, uno con el blasón de Bilbao y otro con los lobos rampantes y el roble del señorío. Debajo de los mismos, unos cartelones de gusto barroco con unos letreros que decían que reyes se habían hospedado en la mansión. Coronábase la torre con una crestería, formando el área de la torre un rectángulo de 60 pies de frente por 62 de lado.»

En 1885 hubo un intento de cambiar el nombre por el de "Balmes" que no prosperó y al poco tiempo se olvidó.

Próxima a la Ribera, hay una hornacina de la Santísima Trinidad iluminada eléctricamente y antaño con un farol al que nunca le faltaba aceite, porque doña Dionisia de Onzoño y Larraondo, hermana del escribano Blas de Onzoño, que tenía enfrente una tienda de telas y el domicilio, se encargaba de ponérselo; pero cayó la epidemia de viruela sobre Bilbao en el año 1875 y esta buena señora se contagió, y el farol quedó olvidado. En las inundaciones del 27 de agosto de 1983 desapareció. Una triste canción de aquella época recuerda el episodio:

El farol de Artecalle

tiene viruela;

la pequeña de Onzoño

se muere de ella.

El farol de Artecalle

no alumbra ya;

si no le echan "aseite"

se apagará.

En esta calle nació el arquitecto Ricardo Bastida Bilbao el 15 de agosto de 1879, diseñador de La Alhóndiga Municipal de Bilbao inaugurada en 1909, las Escuelas de Indautxu en 1918, el Instituto de Enseñanza Media de Bilbao y la Escuela de Comercio en 1927.

Javier González Oliver

Bibliografía

    González Oliver, J. Calles y rincones de Bilbao. Ayuntamiento de Bilbao, 2007.