Gregorio de la Revilla era originario de Santander, donde nació el 18 de junio de 1857. Abogado de profesión, desempeñó en 1886 el cargo de Secretario en la Junta de Gobierno del Colegio de Abogados de Bilbao y actuó un año después como defensor de causas de oficio del mencionado Colegio.
Participó Gregorio de la Revilla de la vida cultural del Bilbao del cambio de siglo. Impulsó la fundación de la Sociedad Filarmónica (1896), fue miembro de la sociedad El Sitio, foro de reunión de los liberales bilbaínos, y presidió la Sociedad Bilbaína en 1898-1899 .
Ideológicamente, militó en las filas del Partido Liberal, de inspiración monárquica, promovido por Gregorio Balparda en 1909. Más adelante, constituida la Liga Monárquica (1919), que agrupaba a los partidos monárquicos vizcaínos, figuró entre sus miembros, como otros tantos destacados abogados como lo fueron Gregorio Balparda, Benito Marco Gardoqui, Federico Moyúa y José Félix Lequerica.
Fue nombrado alcalde de Bilbao el 1 de julio de 1891 y sustituyó en el cargo a José María Solaun. El despegue industrial y el crecimiento urbano del Bilbao de finales del XIX no estuvieron exentos de problemas, cuyos efectos hubo de aplacar la administración local. El ritmo creciente de las actividades industriales y de las labores extractivas de mineral, el incremento de población propiciado por una coyuntura económica en fase de expansión y la incorporación definitiva de la anteiglesia de Abando a la villa bilbaína, consumada en 1890, hicieron que el problema del abastecimiento de agua alcanzara límites insospechados. Así pues, se practicaron estudios para dotar de agua a los barrios anexionados de Zorrotza, Basurto y Olabeaga, como también se ejecutaron obras en beneficio del suministro de agua del barrio de Castrejana.
Igualmente la corporación municipal tomó conciencia del grave estado de la salud pública motivado por la deficiente calidad del agua potable, que se mezclaba con la de la ría a causa del mal estado de los filtros. La población obrera bebía agua de la ría por no tener otra en sus casas, produciéndose un aumento considerable de la mortalidad, que llegó a alcanzar la excepcional tasa de un 48,5 por mil. El incremento de vertidos industriales y urbanos a la ría y la utilización de sus aguas, incluso para el consumo de la población, provocaron la aparición y propagación de enfermedades y epidemias, como la epidemia de cólera de 1893.
La ubicación del nuevo cementerio para la villa de Bilbao alcanzó finalmente su resolución durante la gestión de Gregorio de la Revilla. Al finalizar el año 1891 se alcanzó el acuerdo de buscar terrenos fuera de Bilbao y, en adelante, se presentaron diversas ofertas y finalmente fueron señalados los terrenos de Vista Alegre en Derio para acoger el nuevo cementerio.
De la gestión del Ayuntamiento presidido por Gregorio de la Revilla mencionar también la inauguración de la nueva Casa Consistorial, en terrenos del ex-convento de San Agustín (17.04.1892), obra de Joaquín Rucoba que fue acordada por el Ayuntamiento de Eduardo Victoria de Lecea; la ampliación del matadero, mercado y muelle del Arenal para descarga de mercancías; la instalación de urinarios públicos en la Casilla, paseo del Arenal, Gran Vía y Plaza del Mercado del Ensanche; la adquisición de terrenos en Uribitarte para depósitos municipales; la reorganización del servicio de la fábrica de gas, iniciándose contactos para la construcción de un nuevo establecimiento; el estudio de un nuevo puente de enlace entre la Aduana y la Casa Consistorial; las negociaciones con la Diputación para la apertura de la carretera que, por La Peña, enlazase con Arrigorriaga; el proyecto de biblioteca popular en la Casa Consistorial, iniciativa que recogió el Ayuntamiento de la Diputación y de la Dirección del Instituto Vizcaíno, así como la donación de cuadros para el Museo artístico establecido en la Escuela de Artes y Oficios.
Cesó en su cargo el 1 de julio de 1891 y fue nombrado nuevo alcalde de Bilbao Emiliano Olano.
Susana Serrano Abad